jueves, 22 de enero de 2015

En silencio









Llevaba tiempo siguiéndola a la biblioteca, la veía teclear incansable, levantarse, dar una vuelta a la sala mientras pensaba y volver a sentarse para seguir escribiendo. Parecía una estudiante terminando un trabajo para clase, con su largo pelo negro y su cara de muñeca de porcelana. 


            Alguna vez creí que me había sorprendido mirándola, pero fueron todo imaginaciones mías. En el fondo es lo que deseaba, que levantara la cabeza, me viera y me hiciera una señal para que me sentase a su lado y compartiese con ella esos momentos. Me habría quedado callado, sin molestar, viéndola ejecutar su obra, como un músico que toca las teclas del piano, pero esta melodía sería silenciosa.

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